viernes, 10 de noviembre de 2006

la caricatura




















INTRODUCCIÒN A LA CARICATURA:


SU EVOLUCIÒN POR EL TIEMPO


RECONOCIMIENTOS


ENLACE



SU EVOLUCIÒN POR EL TIEMPO











LA CARICATURA EN EUROPA



Es un retrato, u otra representación, que exagera los rasgos físicos o faciales, o bien el comportamiento, la vestimenta o los modales característicos de un individuo, con el fin de producir un efecto grotesco. La caricatura (del italiano caricare, ‘cargar’, ‘exagerar’) puede ser también el medio de ridiculizar situaciones e instituciones políticas, sociales o religiosas, y los actos de grupos o clases sociales. En este caso, suele tener una intención satírica más que humorística, con el fin de alentar el cambio político o social. La forma más común de las caricaturas políticas y sociales es la viñeta. Si bien el término caricatura es extensible a las exageraciones por medio de la descripción verbal, su uso queda generalmente restringido a las representaciones gráficas. En América Latina se denomina también caricatura a los cortometrajes de dibujos animados.

La caricatura, en su sentido moderno, nació en Bolonia a finales del siglo XVI, en la escuela de arte fundada por una familia de pintores, los Carracci. Los estudiantes de esta academia se divertían haciendo retratos de los visitantes bajo la apariencia de animales u objetos inanimados. El grabador Pier Leone Ghezzi, que trabajaba en Roma, continuó esa tradición y, por un módico precio, caricaturizaba a los turistas. Lo que estos artistas italianos hacían eran retratos humorísticos para uso privado y casi nunca resultaban satíricos o maliciosos.



caricaturas




RECONOCIMIENTO A NIVEL DE PAISES


La caricatura política de amplia difusión nació en Inglaterra a mediados del siglo XVIII. Uno de los primeros artistas que caricaturizó a personajes conocidos fue George Townshend, que distribuía folletos con sus dibujos impresos. El pintor y grabador William Hogarth, quizá el mayor autor de sátiras inglés, caricaturizaba lo absurdo de las costumbres sociales y la corrupción moral de los londinenses de su época. Entre 1761 y 1770, los artistas hallaron en publicaciones como The Town and Country Magazine, The Political Register y The Universal Museum, un nuevo medio para satirizar a las personalidades más destacadas, así como las decisiones políticas. Los caricaturistas más importantes fueron el grabador Thomas Rowlandson, que ridiculizaba el irrisorio comportamiento de aristócratas y pedantes; el ilustrador James Gillray, que representaba de forma cómica a los personajes públicos de su tiempo con trajes fantásticos y cabezas enormes; y el grabador George Cruikshank, que extendió sus sátiras a todas las clases e instituciones de la vida inglesa.





En España, uno de los países en los que la caricatura ha alcanzado mayor calidad artística, sobresale a finales del siglo XVIII el pintor aragonés Francisco de Goya. A través de sus series Los caprichos (c. 1793-1798) y Los desastres de la guerra (1810-1814), hizo una amarga crítica de las injusticias religiosas, políticas y sociales de su época. En la primera, compuesta por 82 planchas, refleja las costumbres y los abusos de la Iglesia y en la segunda denuncia las atrocidades cometidas durante la invasión napoleónica y la guerra de la Independencia española. Pero el siglo de oro del dibujo satírico en España fue el XIX, con la aparición de una serie de publicaciones como Madrid cómico y el Semanario pintoresco español, fundado por Mesonero Romanos en Madrid, o La Campana de Gràcia y L’esquella de la Torratxa en Cataluña. Dibujantes como Francisco Ortego, Leonardo Alenza o D. Urrabieta, alcanzaron enorme popularidad gracias a sus colaboraciones en esas revistas. A principios del siglo XX apareció una nueva generación de artistas que con sus trabajos trataron de rivalizar con las publicaciones extranjeras. Entre ellos destacan Xaudaró, K-Hito y el polifacético Alfonso Rodríguez Castelao, que a través de sus pintura y dibujos denunció las injusticias sociales de su época. Después de la Guerra Civil el campo habitual del humor gráfico se vio reducido, y aparecieron una serie de dibujantes al amparo de publicaciones como La codorniz o Don José, entre los que se encontraban Mingote, Chumy Chúmez y Serafín. Durante los últimos años del régimen del general Francisco Franco, la caricatura y el humor gráfico se centraron principalmente en el tema político. En los últimos años ha surgido una nueva generación de dibujantes como Forges, Máximo, Summers y Peridis, entre otros, que han extendido su humor de las revistas especializadas a la prensa diaria y a todo tipo de publicaciones.


EN EL CONTINENTE AMERICANO



Posiblemente el caricaturista político estadounidense más notable del siglo XIX fue Thomas Nast, creador de los símbolos de los partidos Republicano y Demócrata, el elefante y el asno, respectivamente. En ese siglo también destacaron Joseph Keppler, fundador (en 1826) y editor del semanario humorístico Puck, y su socio Bernhard Gillam, quienes atacaron la corrupción de los dirigentes políticos, así como a los muchos empresarios adinerados de la EPOCA.




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